¿Abalanzarse sobre el manillar sin apenas apoyarse en el sillín? ¿Ir sentados como si nos hubieran puesto un taburete entre las piernas?

La posición sobre la bicicleta es básica para lograr una conducción cómoda y sana. El apoyo y la inclinación correcta involucra tanto a la cintura como a la espalda, el cuello, las costillas y los pulmones.

Si nuestra bici tiene las proporciones adecuadas podemos realizar un ejercicio sencillo para ver si tenemos la cabeza, la espalda y el cuello alineados. Consiste en ir con la bicicleta a una calle tranquila y soltar las manos del manillar, dejando que todo nuestro peso recaiga sobre el asiento. Este ejercicio permite ser consciente de cómo el equilibrio de la cabeza es fundamental para el equilibrio general de la bicicleta. Cuanto más permitimos que el peso de la cabeza se transmita a través de las vértebras cervicales y de toda la longitud de la columna hasta el asiento, más estable iremos sobre la bicicleta.

Si comprobamos que la parte superior del cuerpo funciona como una unidad integrada, la relajaremos y nos inclinaremos levemente hacia adelante desde las articulaciones de la cadera. Así percibimos que el movimiento de las piernas “ocurre” en el juego de las articulaciones de la cadera. Si no trabajan con comodidad desde ahí, el esfuerzo se desplaza hacia arriba a través del cuerpo y esto provocará tensiones innecesarios y tirantez en hombros, brazos, cuello y hasta en la mandíbula. Incluso en ocasiones pueden llegar a dormirse las manos.

LOGRAR LA POSTURA PERFECTA

Todas las técnicas coinciden en la conveniencia de relajar los músculos del cuello y equilibrar el peso de la cabeza sobre las vértebras cervicales.

curvadelaespaldaTambién en llevar los brazos levemente recogidos. La postura resultante no requiere arquear el cuello hacia atrás para poder mirar al frente y permite observar el camino sólo moviendo los ojos.

Para sentirse cómodo y al mismo tiempo seguro, lo eficaz es mantener la espalda sin curvaturas acentuadas y los brazos a 45 grados en relación a la línea entre el asiento y el manillar.

En nuestro taller tenemos soluciones para corregir las malas posiciones producidas por una bicicleta mal ajustada. Con ayuda de potencias regulables y manillares más cómodos es posible elevar el tamaño del manillar y lograr una posición de espalda sana, sin dolor.

El tejido muscular tiene memoria y los hábitos de movimiento están profundamente arraigados en la estructura muscular. Es imposible cambiar estos hábitos de un día para otro, pero introduciendo pequeños ajustes en la bicicleta podemos lograr hábitos positivos para nuestra espalda.